Enlace en la wikipedia del Pino Carrasco ( Halepensis)
El pino carrasco (Pinus halepensis) es el árbol más eficaz en la captura de CO2 de la atmósfera y es, precisamente, una de las especies más frecuentes en España, sobre todo en el Mediterráneo. Su potencial para regenerar la atmósfera supera ampliamente al de otros árboles. Conocido también como pino de Alepo (cast.); pi bord (Val,) pi blanc (cat.); Aleppo pinua (eusk.); pinheiro-de-Alepo, pinheiro francés (port.); Aleppo pine, Jerusalem pine (ing.).
A lo largo de años de trabajo en el monte he oído suficientes perjuicios y pocas alabanzas de este árbol tan sumamente resolutivo en cuanto a su resistencia en distintos habitad y su capacidad de regenerarse ante situaciones sumamente desfavorables. Zonas sin apenas lluvias, suelos extremadamente dañados por el fuego o en las grietas de rocas expuestas al viento constante.
Yo lo conocí en la costa Valenciana en un ejemplo de adaptación en el parque natural de L’ Albufera de valencia, donde aprendí que a manos de la culturas árabes que habitaron durante más de 800 años la península. Allí los adaptaron sobre las dunas para crear una barrera vegetal que les permitiera cultivar sin la influencia de los vientos marinos y su salinidad. Los plantaron junto a todo su ecosistema (sotobosque), creando un vergel que hoy es la zona dunar del parque, al que pronto se adoptaron todo tipo de aves migratorias y permitió asentarse a otras especies al amparo de la vegetación. Así los habitantes obtuvieron más especies cinegéticas. También permitió además el cultivo de huertos en la arena e incluso adaptaron naranjos que podéis ver en la zona de la población del “Perollonet” a partir de la “Gola del Puchol” Con los años los arboles de las dunas junto a los tamarindos salicornias y ammophilas adquieren formas escultóricas construyendo todo tipo de refugios naturales que es parte del encanto de su complejo cordón dunar.
El auge de su expansión en el interior del Alto Mijares en el siglo XX coincide con el abandono de los cultivos por la inmigración hacia la costa de los propietarios de la tierra y la explotacion de madera para mueble artesanal en las poblaciones de costa, por lo que un pino desarrollado podia costar una fortuna. Su abandono igualmente que los cultivos de montaña obedece a la globalización, los costes de producción y la instalación de los grandes centros comerciales de productos manufacturados en otras latitudes.
Este árbol autóctono como los demás, es un colonizador de crecimiento rápido y vida media de 350 años, un “sacacorchos” Perforador nato del terreno pues su función es removerlo, favorece el crecimiento de los bosques que tanto anhelamos, transformando y removiendo territorios pobres o saturados por el uso agrícola en colaboración con todo tipo de coleópteros, lombrices, roedores , jabalíes etc.; es la primera masa forestal disponible para la defensa y sujeción de los suelos; impide la insolación, fomenta o ayuda el crecimiento necesario de otras especies más longevas que formaran en bucle bosques más aun compactos y beneficiosos para el clima.
Desgraciadamente la falta de conocimiento de su modo de desarrollo y su facilidad para inmolarse lo ha hecho impopular para aquellos que se rodean de una cobertura rápida y no lo plantan estudiando su dinámica o la distancia adecuada de sus infraestructuras, casa, piscina, u otras obras que el mismo acaba demoliendo cuando no quemando.
Una de sus problemáticas más habituales es el fomentarlo sin tener en cuenta su capacidad de colonización, las falta de podas y aclareos de esta especie como esta ocurriendo desde casi medio siglo en muchas partes de nuestra comunidad, abandonando a su suerte el territorio, donde al final forma bosques casi donde el solo reina compitiendo con la vegetación local gracias al calentamiento global y sin la gestión adecuada. Las extracciones sin el debido triturado y los supuestos cortafuegos abandonados donde solo él puede renacer, solo hace que adquiera más mala fama cuando los responsables somos las personas. Por si solo este árbol tan guerrero no da alimento a la fauna y esta, acaba desplazándose a otros lugares donde o bien el bosque está más equilibrado en especies o como ocurre con el jabalí que busca las zonas de cultivo o basureros las ciudades y urbanizaciones donde poder alimentarse.
Una investigación del biólogo Manuel Enrique Figueroa, de la Universidad de Sevilla, indica que existen siete especies que podrían garantizar una mejor absorción del dióxido de carbono imperante en la atmósfera. En el entorno urbano, las especies con más fijación son: la melia (Melia azedarach), la acacia de tres espinas (Gleditsia triacanthos), la jacaranda (Jacaranda mimosifolia) y el olmo (Ulmus). Por su parte, en la frondosidad de los bosques, lo ideal sería plantar pinos carrasco (Pinus halepensis), pinos piñoneros (Pinus pinea) o alcornoques (Quercus suber), dado que son las especies que más CO2 absorben.
No obstante, como deja reflejado el investigador en sus estudios, hay una especie que destaca entre todas: el pino carrasco. De todos los árboles, es este el que logra absorber más toneladas de dióxido de carbono. Un solo pino de este tipo es capaz de absorber las emisiones generadas por 30 coches que hagan una media de 10.000 kilómetros al año; o lo que es lo mismo, lo que generan en ocho viajes de ida y vuelta de Madrid a Barcelona. Se calcula que un ejemplar maduro de este tipo de conífera puede llegar a absorber hasta 50 toneladas de dióxido de carbono al año.
Enlace de la Noticia sobre las capacidades de absorción del CO2
No existe ninguna mala hierva, solo humanos interesados e ignorantes.