La primera nutria que vi fue en Santa María de la Alameda (Madrid) cuando tenía 18 años, aprovechando las vacaciones de semana santa, habíamos salido de excursión Juanín y yo a recorrer el río Cofio pensado llegar a Robledo de Chavela.
Con el tiempo de lluvias casi continuas nos vimos obligados a vivaquear en un chalet en construcción, allí nos refugiamos y calentábamos los botes de conserva que eran nuestro menú habitual esperando que parase de llover.
Entre chaparrón y chaparrón paseábamos por la senda a lo largo del río, vimos pescadores de trucha y charlamos sobre la pesca, que por lo que decían tampoco iba bien.
De pronto en un recodo del río, entre dos grades piedras de la orilla vimos salir una nutria, no se me olvidará su expresión cuando nos miramos directamente a los ojos, algo intenso sentí como una presentación sorpresa de alguien que quería conocer. Un momento después soltando un cacho que llevaba en la boca se lanzó al río y desapareció.
Aunque después he visto nutrias en otras ocasiones, la primera imagen ya me dio la impresión de lo lista y vivaracha que era la especie, parecía entenderte con la mirada.
Con las referencias de los Cuadernos de Campo de Félix Rodríguez de la Fuente, supe que para localizar la nutria había un modo fácil de conocer su presencia, pues estos animales son territoriales y defienden sus dominios poniendo señales de excrementos e incluso solo fluidos viscosos que segregan unas glándulas odoríferas especiales, los colocan sobre piedras u otras superficies duras junto al río. En adelante las llamare “tarjetas de visita”.
Las huellas cuando las conoces son inconfundibles, también la composición de las cacas con espinas de pescado, escamas o restos de caparazón de cangrejo te dan la pista, para completar el diagnostico su olor es inconfundible.
Aprendí a localizar la especie, buscaba ya solo en sitios favorables, bajo los puentes o rocas protegidas de la lluvia donde tienen su “marcadero” cubierto por lo recientes y abundantes te puedes hacer idea de si en aquel lugar eran más o menos abundantes la presas.
La situación de la nutria hacia 1980 era precaria, la contaminación de todo tipo de vertidos, industriales, colectores urbanos, pesticidas y abonos químicos, transformaciones en cursos de agua, presas, canalizaciones, dragados de ríos fueron factores adversos para su hábitat, que unido a la desaparición generalizada del cangrejo de río por Afanomicosis, enfermedad que le transmiten los cangrejos rojos americanos, las nutrias solo persistían en la Iberia con mas lluvias y en las cabeceras de los ríos del este peninsular.
Conocida la situación por los especialistas de la especie, el SECEM (Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos) organizaron un sondeo fijando puntos de muestreo que ya sirvieron para los posteriores, en el primer sondeo en 1984, la situación de la nutría era la que he comentado antes.
Alguna comunidad autónoma declaró la especie en peligro de extinción e iniciaron translocaciones de ejemplares, de nutrías procedentes de sitios donde eran abundantes, que demostraron que pocos ejemplares pueden dejar señales en zonas muy amplias, donde había desaparecido la especie y por tanto la marcas eran solo de las liberadas.
En el sondeo de 1994 si participé como me propuso Jordi Ruiz-Olmo
uno de los promotores de este estudio, con el aprendí mucho de nutría.
En el río me dio una clase práctica, enseñándome la metodología del muestreo, me explico las diferencias con las de visón
y las egagrópilas blancas de escamas de pez del martín pescador.
El diseño de la red de puntos del muestreo era como el juego de la oca, de puente a puente y sigo por que me lleva la corriente, pues los puntos se sitúan en el cruce de las carreteras y los ríos.
Bajo los puentes es el sitio mas favorable que las nutrías eligen por estar cubiertos, donde sus marcas excrementos ( en adelante “tarjetas de visita” ) duran mas tiempo pues la lluvia no los deshace, las huellas en los barros de crecidas duran también mas, al secarse lentamente a la sombra conservan largo tiempo la marca de sus patas y otros rastros de su actividad.
Otro aspecto desconocido para mi era el comportamiento de la nutria en ríos mediterráneos que en verano quedan reducidos a pozas. En el río Algars,
que forma divisoria entre Teruel y Tarragona, Jordi me dijo que tenía que haber nutría, no me lo podía creer entre poza y poza había mas de 200 metros de cantos rodados secos y las charcas eran pequeñas de unos 10 metros de largo y tres de anchas, allí estaban claras y recientes sus tarjetas de visita.
Por suerte en los ríos de Teruel los puntos de muestreo positivos, en el segundo muestreo de 1994, fueron mas del doble que en el primero, llegando a casi todos los ríos de la provincia.
El tercer sondeo entre 2004 y2006 dio resultados mejores aún, dando positiva casi toda la provincia e incluso en la Comunidad Valenciana se había extendido bastante, que antes tenía pocas localizaciones.
Coincidiendo con la época en que la nutria era muy escasa en la cuenca en la cuenca del río Mijares, en 1990 se produjo un escape masivo de visones americanos de la granja ZOVIMAR de Sarrión (Teruel), varios cientos de animales fueron soltados por los obreros de la granja peletera, pues la empresa quebró y no pagaba a sus empleados, que al terminarse la comida dieron suelta a los animales. Esto supuso un fuerte declinar de las poblaciones de peces y una especie que competía con la nutria de forma importante por los recursos alimenticios. ( informe sobre la situación de la lucha contra la invasión del visón americano)
En otra historia mas adelante relataré algunas repercusiones sobre la fauna fluvial, pues cuando una especie entra en un ecosistema diferente al suyo es un engranaje nuevo que afecta a los anteriores mecanismos de ajuste del equilibrio biológico del ecosistema.
La nutria ahora en 2017 forma una buena población en la cuenca del río Mijares, donde vivo en Mora de Rubielos pasa el río Mora, un arroyo en régimen normal, aunque en riadas es un río bravo de aguas embarradas.
Debajo del puente de la carretera las tarjetas de visita son gruesas y abundantes, por el distinto aspecto de viejas y recientes deduzco que sus paseos en el tramo del casco urbano son continuados y fructíferos. Por fin la nutria vuelve a su territorio formando una población próspera.